sábado, 27 de marzo de 2010

Y llegaron nomás.


Llegaron los tres meses, oficialmente cumplidos el 27 de marzo. Me preguntaban el otro día cómo les festejé pero la realidad es que no me di cuenta hasta un día más tarde por lo que todavía no pude festejarlo como corresponde. Llevo más de un mes solo en la ciudad con mis cambios de humor que cada día son más estables, la finalización del contrato con Wespac, el probarme a mí mismo que me puedo mantener con el sudor de mi frente y todas esas cosas que si bien no son demasiado graciosas cuando las tenés que hacer (lavar tu propia ropa, cocinar tu propia comida, hacer tus propias compras) te da una especie de satisfacción verte a vos mismo sobrellevándolas.

Por un lado el viernes me informaron que la posición que aspiraba en el Hyatt Hotel fue tomada por un empleado de la cadena, motivo por el cual no me llamaron para la segunda entrevista y me invitaron a volver a postularme cuando se abra una nueva posibilidad. Eso me llenó de ansiedad el fin de semana, hablé con un par de amigos para contarles la novedad y todos tienen una fe ciega en mi capacidad para encontrar otro trabajo en la querida Auckland. Sabemos que tengo otras posibilidades pero me gustaría quedarme acá o, en su defecto, mudarme a Wellington. Yo soy una rata de ciudad, después de todo.

Tengo que manejar el tema de querer controlarlo todo. Me estoy encariñando con los pensamientos de “veremos cuando suceda” de los que no soy muy amigo. Generalmente tengo un plan a, plan b, plan c y plan h por si las cosas no suceden exactamente como yo quiero pero es bueno sacarse un poco la estructura y disfrutar del viaje, teniendo en cuenta que siempre está la posibilidad de volver a Buenos Aires si las cosas no salen bien donde me esperan todos ustedes con los brazos abiertos, ¿no?

Creo, igual, que tengo que hacer lo posible para que mi permanencia fuera de Argentina dure al menos dos años. Dos años es el tiempo justo para estar afuera del país y todavía considerarlo casa, pero es un período lo suficientemente largo en el que aprendés una buena cantidad de cosas del mundo, otras culturas, otros idiomas, etc. Mi idea original era, de acuerdo al plan que hicimos con un grupo de amigos, irme para las Europas si no me convencía Nueva Zelanda y estoy estudiando mis posibilidades.

Volviendo a mi semana. El viernes me confirmaron que el contrato terminará el próximo miércoles 31 de marzo. Durante toda la semana que me queda trabajando para el banco, tuvieron el buen gusto de ofrecer desayuno gratuito a partir de las 8 de la mañana, así que estaré muy contento devorando comida gratuita con mi habitual café gratuito mientras atiendo a los bienaventurados clientes de Kiwisaver.

El sábado fui a la casa de Flavio a ver dos películas; “Qué he hecho yo para merecer esto” de Pedro Almodóvar, y “Ponyo” de no sé cuanto Ghibli. Yo tengo una particular simpatía por las películas españolas. Me divierte cómo se las ingenian para acomodar desnudos innecesarios en absolutamente todas sus películas. Si no se ve por lo menos una teta, la película no es española o por lo menos no es española del 75 para acá. Ponyo es una película japonesa para chicos un poco delirante pero bastante entretenida aunque no se acerca a, hasta ahora mi favorita del mismo director y la única otra película que vi del mismo, “El viaje de Chihiro”. En la reunión éramos todos argentinos menos los anfitriones. Si bien la gente me cayó de lo más bien, todavía tengo cierto rechazo a estar en una habitación llena de compatriotas. Le quita el sabor a estar al otro lado del mundo.

A pesar de ello y por mi eterna bondad, me voy a juntar a cenar con dos chicas que conocí el sábado para darles consejos sobre cómo moverse para no morir de hambre en el intento de una Working Holiday en Nueva Zelanda. Soy un amor…

No tengo muchas novedades más allá de lo que les conté. Pronto empezará mi carrera contra el tiempo para conseguir un nuevo trabajo antes de que se me termine la plata. Mis tardes pijoteras y los descuentos en el super ayudarán bastante.

Sin otro particular, los saludo muy atentamente,

Lic Alejijou.

No hay comentarios:

Publicar un comentario