jueves, 18 de marzo de 2010

Día de mierda!


Me levanté a las 6 de la mañana sabiendo que este día sería decisivo para mis finanzas, mi autoestima, mi viaje, en definitiva. Para aquellos que me leen habitualmente, hoy en Westpac confirmarían quiénes serían los que dejarán de trabajar para el equipo. Las caras de pánico en el pasillo hubieran sido graciosas si yo no hubiese compartido la misma expresión en mi rostro. La mezcla de emociones, los autoconvencimientos de que es un laburo de mierda y que todos los inversores de Westpac se pueden ir a la casa de su abuela (para no mencionar los genialtes de las señoras), pero al mismo tiempo esos dólares semanales que hacen de mis comidas, mi alojamiento, mi viaje, de nuevo, algo decente se esfumarían hasta encontrar algo nuevo, mejor, o no.

Llegué a la oficina a las 8:23 am, me preparé un café, leí el diario y me conecté a la línea para empezar a recibir los molestos llamados de todos los inversores. Había terminado de actualizar 500 perfiles el día anterior, con un tiempo bastante intachable porque trato de no pelotudear y a veces no les hablo a mis compañeros de equipo por horas para no atrasarme con el listado. Me pasaron un nuevo listado, corregí errores anónimamente en el trabajo de otros para que nadie tenga problemas, lo habitual. A medida que las agujas del reloj terminaban su recorrido, la ansiedad crecía cada vez más. “I´m waiting for the bloody mail that´s gonna tell me i´m fired” les dije a los chicos pero nada. Nadie recibía la notificación. Esta semana mi horario de trabajó terminó a las 16:30. Mi supervisora se fue a las 3 de la tarde a una reunión que yo esperaba terminase antes de mi horario de salida para confirmar lo que yo me temía, que era mi último día en Westpac. Sin embargo, la mina no apareció más. Eran las 16:20 pero yo seguía sin noticia alguna. “En diez minutos me voy y se olvidaron de echarme”, les dije a los chicos del pasillo. “Estás a salvo”, me grita uno. Si, claro.

Se hicieron las 16:30, cerré mi computadora, limpié mi equipo, todavía no tenía novedades. El inglés paposo me dijo algo en su idioma que no entendí, le pregunté con una sonrisa nerviosa qué había dicho a lo que aclaró “Cheryl nos dijo a mí y a Devika a las 3 de la tarde que el lunes es nuestro último día, así que no te preocupes”. Situación cómoda! El pibe me estaba confirmando que yo sigo empleado por el banco al decirme que lo echaron a él, los músculos de mi cara estaban luchando contra mis modales. No puedo bailar, reir y festejar que lo echaron a él pero tampoco me sale disimular mi felicidad. Cara de póker, no saber qué decir, una sonrisa acotada “nos vemos el lunes” dije. A los 5 minutos corrí a la posición de mi entrenadora para confirmar la información. SIGO EN CARRERA! JAJAJAJAJAJA.

Ay, qué día de mierda! Pero ahora estoy sonriendo, festejando. De dos reducciones en el equipo del cual soy el único latinoamericano, quedé. Soy la única persona con inglés como segunda lengua y quedé. Uff, qué alivio! No sé si salir esta noche a festejar o dormir temprano para estar fresco el fin de semana. La semana que viene entro todos los días a las 9:30, lo que me permite levantarme más tarde.

Soy feliz.

Alejo.

2 comentarios:

  1. Fiuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!!!!
    Me siento como si te estuviera viendo en uno de esos realitys donde van eliminando concursantes.
    Menos mal!! bue los kiwis pueden esperar... y seguro que lo del hotel sale.
    Un abrazo
    Yo

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  2. Igual lo del titulo fue un golpe bajo....

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