lunes, 1 de febrero de 2010

Si Mahoma no va a la montaña


Si Mahoma no va a la montaña, ¿la montaña va a Mahoma? llevo algunos días preguntándomelo. Al menos con esto de buscar trabajo. ¿Y si lo que tengo que hacer es simplemente ir a la playa y disfrutar que aquí la gente sí nota cuando me bronceo? Mientras, los empleadores tendrán tiempo de resolver en sus cabezas cuán importante soy para cualquier negocio. Quién no necesita un Alejito por ahí. Vamos…

A no infartarse, mi desesperación es más teatral que otra cosa. Esta semana, sin embargo, le he puesto muchas pilas a la caza de trabajo. ¡A mentir si hace falta! esto es el poker de las working holidays, menos holidays y más working para que podamos tener más holidays lueguito. Yo recuerdo la instrucción que me dio mi hermana antes de salir de Ezeiza “ mirá que en diciembre estoy por allá y no pienso poner un mango.” Así que este currículum lo mando por vos, hermana, yo estaba contento cagándome de hambre pero alguien te tiene que pagar las vacaciones en el pacífico sur. Es algo hasta higiénico, legal, humano, derecho. (sí, mi humor es negro y políticamente incorrecto pero por algo están leyendo este post).

Qué les puedo contar. Realmente, es una pregunta a mis compañeros de viaje que me miran con incógnita y me tiran algunos tips, nos reimos pero ni loco voy a contar ESO en mi blog.

Ah, ya sé. El otro día tuvimos una noche bajón. De esas que te dejan pensando y filosofando un poco sobre tu situación en la vida, las relaciones humanas, tu grupo de amigos… Todo empezó con la segunda cerveza. A Fede se le ocurrió que cada uno de nosotros digamos algo sobre el grupo, nosotros tres más las chicas. Un aspecto positivo y un aspecto negativo. Las hicimos mierda… jajaja. Mentira! Justamente de esa charla surgió una idea que llevo un tiempo analizando en mi cabeza. Tiene que ver con el porcentaje de conocimiento que tiene la gente sobre mí. Fede dijo que uno de mis aspectos negativos es que nunca está seguro dónde empieza el personaje y termina la persona. Lo escuché, mastiqué un poco y me dí cuenta que hay tan poca gente que me conoce. Creo que justamente el grupo de los 6 más Germán, Juan y José son las personas que más me conocen pero desayunarme que Fede me diga eso, fuerte.

El grupo de los 6 son mis amigos forzados. Yo tengo amigos enfermos, amigos forzados y amigos normales. Los forzados son justamente Fabio, Fede, Laura, Lila y Carola. Últimamente con una participación especial de Paula también pero estrictamente hablando son las personas antes mencionadas. Somos forzados porque a pesar de nuestras diferencias llevamos 8 años de amistad, no fuimos al colegio juntos (aunque fabio, laura y lila sí) ni estudiamos lo mismo, ni siquiera trabajamos juntos pero aún así es como si fuéramos familia. Nos queremos matar a veces pero llegamos a un estadío de la amistad donde no importa si nos caemos bien o no, ya fue.

Mis amigos enfermos también conocidos como la pesadilla de toda bandeja de entrada son La Licenciada, La Arquitecta, El Brujo, El Hada, Pubertad, B11, La Desfallecienda; con participaciones especiales de sus novias y sus novios de tanto en tanto que hacen un esfuerzo sobrehumano para entender los códigos que se mantuvieron durante años y un tal fufú vino a romper aquella noche de los museos (este párrafo no tiene sentido si no sos un enfermo).

Los normales no son tan normales pero al momento de su clasificación no quedaba mejor nombre disponible. Esencialmente el resto, incluyendo con sus reconocimientos especiales por la cercanía a Ger, Paul, Conejita Fresita o Futura Esposa del Tano (leí por ahí que ya tienen salón, congrats!), Veck, Josh, Ed, Betina. También están los Latam (sorry chicos pero ustedes no son entidades separadas, son Latinoamérica toda), las colombianas y todos los amigos de mis amigos que de a poquito me voy robando, como me robé a todos mis amigos de algún amigo en común primordial al que le dejé de hablar eventualmente.

Los tres párrafos anteriores son como un enorme paréntesis en la anécdota que estaba contando, resulta que sí, efectivamente soy personajeril y de tal forma que ya ni me doy cuenta cuando me pongo el disfraz. Supongo que los forzados me han visto con más disfraces y es por eso que notan que realmente existen tales personalidades. En definitiva es con ellos con quien más tiempo he pasado en los últimos años. Pero lo interesante fue cuando intentamos darnos cuenta de qué es lo que tenemos todos en común. La respuesta… cada uno la sabrá.

Les dejo un fuerte abrazo maorí.

Alejo.

1 comentario:

  1. Cuando alguien te contrate jamás va a querer dejarte ir... Acordate de eso!

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