viernes, 5 de febrero de 2010

Mientras tanto, miro la vida pasar. Luce bien y lleva sombrero.


Un lunes 3 de Febrero, en la ciudad de Resistencia, en la clínica Antártida Argentina, para ser extremadamente precisos, a eso de las 7:50 de la mañana; llegaba al mundo un servidor, yours truelly o como prefieran. No es un dato menor, pues, ustedes, mis queridos lectores, tienen calendarios y resulta ser que por esto de las coincidencias en las vueltas al sol que da el planeta tierra, hace muy poquito se cumplieron 24 años desde ese lunes 3 de febrero de 1986. Día democrático en Argentina, aniversario de batallas importantes y, claro, mi cumpleaños.

Dicen las malas lenguas astrológicas que cuando uno cumple años en un lugar distinto al que nació, es como un nuevo renacer. Los planetas que marcan las características de la personalidad cambian para convertirte en una persona distinta, siempre desde la estricta teoría astrológica de la que soy tan conocedor como de medicina tradicional zulú, claro.

Muchos años después de haber nacido ese pequeño Alejandro Roman, nos encontramos con un Licenciado Alejandro Roman-Fuster, por mérito de nadie más que propio lidiando con – primero – las dificultades académicas que conlleva el poder autodenominarme Licenciado y –segundo – la muy querida burocracia argentina, nacional y popular que hizo que un trámite tan estúpido como la adición del apellido materno se vuelva una pesadilla de tres años de duración. A todos aquellos que durante meses me preguntaban el por qué de la insistencia con ese cambio, les respondí y respondo: lo hice porque se me cantó, porque está en la ley de nombres la posibilidad y ¿por qué no? En definitiva está en uno alborotarse con la estupidez que se le cante.

Retomando el tema de mi cumpleaños, tengo que decir GRACIAS a todos. A los que leen este pequeño diario online y a los que no les interesa. Estuvo muy bueno recibir tantos mensajes de tantos lugares tan lejanos y poder compartir mi felicidad con mis amiguitos allá a los lejos. De hecho, mis queridos flat mates y particularmente Elisa, una francesa con la que vivo, hizo de mi cumpleaños una especie de mesa de la ONU de la que participaron una suiza, una holandesa, un israelí, un estado unidense, un sudafricano, un par de argentinos y ella, claro, como dije antes, francesa.

Jarred, una especie de amigo local, insistió con ser mi financista toda la noche y no paró de comprarme alcohol bajo la supervisión de Federico, el catador oficial de todo lo que yo bebía. Pueden imaginar el estado en el que volví a casa. Para quienes no lo saben, yo, al igual que mi papá y mi mamá, no soy justamente lo que se dice un “heavy drinker” es decir, con dos cervezas ya estoy completamente del tomate porque no suelo tomar demasiado. Ahora, apelo a su imaginación para evitar frases gráficas. Les aseguro que no me hubiese gustado ser el hombre de la limpieza el día posterior.

Suficiente con el cumpleaños. Ahora tengo que tirarles la buena nueva ¿Recuerdan como me regocijaba al recordales que no tengo trabajo y que mi parte italiana y seguramente mi parte judía, nunca oficializada pero presente, le gustaba hacerse la víctima al respecto? Bueno, la voy a tener que cortar. El 17 de febrero empiezo a trabajar en Western Pacific o Westpac, el segundo banco más grande de Nueva Zelandia. (tener en cuenta que cada vez que cuento esto bailo, imagínenme bailando el ukelele cuando digo que voy a laburar para westpac y estarán en lo cierto). Así que bueno, tengo trabajo pero… no tengo a mis amigos conmigo.

Fabio y Federico me han dejado solo en Auckland. No realmente solo porque yo tengo al tío Martín en la ciudad y a la gente que fuimos conociendo, mi cararrotez absoluta, etc, etc, etc. Pero sí, me encuentro en una ciudad desconocida en una situación desconocida que quizá es lo que vengo buscando desde que dejé Argentina. Estar solo en un país nuevo, todo es posibilidad. Lo de cararrotez lo vengo trabajando con bastante astucia. El otro día, me llamaron del banco donde tengo abierta mi cuenta – se llama ANZ- para verificar si estaba contento con el servicio, recordarme que tengo algunos descuentos, posibilidad de verificar mi saldo gratis por teléfono, etc. Cuando la chica muy simpática al otro lado del teléfono me preguntó si tenía trabajo, yo, como un Dandi le dije: NO, ¿ustedes están buscando gente? Eso resultó en mi currículum siendo enviado por mail al departamento de recursos humanos del banco, que me mandó el día de hoy un mail diciendo que me tienen en cuenta para las futuras búsquedas.

Jijiji, los dejo con un poquito de ganas de más pero les juro que tengo un post super jugoso para la próxima con la anécdota de quién lo llamó a Federico una hora antes de subirse al bus que lo llevaría a Napier y la cantidad de horas que tuvieron que viajar.

Les dejo los más afectuosos saludos Maoríes,

Yo, Alejito.

2 comentarios:

  1. mi pequeño saltamontes, nosotros siempre estaremos presentes para hacerte la vida mas... (elegir una opcion a continuacion) bella/divertida/insoportable. no te preocupes que seguiremos manteniendonos en contacto y nos veremos en reiteradas ocasiones ;-)

    te me cuidas, vale?

    hablamos luego, beso!

    ResponderEliminar
  2. CAPO TOTAL ALEJOOOOOOOO Sos lo mas caradura que vi y te salió perfecto!! Para todos los que dijeron lo de recolectar manzanas, en sus caras!!!!! Jjajajaja

    ResponderEliminar