domingo, 21 de febrero de 2010

Alto ahí! Suelte ese papel higiénico.




Después de una semana de querer ir a la playa para emparejar el color, de que estuviese nublado casi todos los días, hoy, que sí había sol, no fui. No tenía ganas de tomarme el colectivo hasta Takapuna o Mission Bay. Parece ser que es cierto que la playa tan cerca pierde un poco su espectacularidad. El sábado había quedado con Tomás (el chileno del que les hablé) en ir, pero afortunadamente él decidió ir a Goat Island con la gente con la que vive y me liberó del plan. Fue particularmente lindo recibir los mails de Dalpiz y Ger con 20 minutos de diferencia, mientras escuchaba temas de 20 centímetros que Ger me mandó por facebook.

Paréntesis - Chocolates! Jajaja te acordás de ese saludo y de la risa A JA JA JAY? – teníamos 16 años, vos una cuenta movi y el celular que Susan te prestaba los fines de semana pero nos cagaba a pedos si te llamábamos en la semana. Todos tus mails los firmabas con Chocolates. Ese mismo año, en el cuarto de servicio de la casa de Fapiz, que servía a su vez del escritorio privado del ahora Prof Piemonte, apareció una preciosura con la que empecé a hablar sobre cine clásico. Unos meses más tarde, cuando empecé a estudiar alemán en Feedback, me invitó a cenar a su casa con su mamá, a la vuelta del instituto. Como no sabía si la invitación incluía cena, yo me dí una vuelta por el Burger King de Triunvirato y Noemí, la mamá de Dalpiz, casi me mata porque había cocinado especialmente porque tenían visitas. Después de esa noche era casi cita obligada después de tener clases con Betina. Esas reuniones también fueron cursos acelerados del sociolecto que en parte había aprendido de vos, Ger, en las tardes del Mcdonald´s de Junín y Sta Fe, que realmente no queda en Junín y Sta fe pero siempre dijimos esas calles. ¿De quién había sido la idea de juntarse los domingos en ese Mc? Pasábamos horas charlando de absolutamente nada relevante, peleándonos, comiendo chocolinas que traías con alguna coca que comprábamos ahí. Desfilaron tantos personajes por esas tardes ¿Joroba llegó a ir al Mc? En fin, recuerdos que se me vinieron a la mente con sus dos mails.

Anoche salí, para variar. Tenía una fiesta de la que me habían hablado muy bien en Ponsonby Road pero cuando llegamos no había nadie. Entramos al lugar, espiamos la cantidad de gente, vimos que era un bodrio y nos mandamos a mudar. Lo bueno es que nos ahorramos los 5 dólares que salía porque no había nadie en la puerta. Yo le dije a Tomás que si llegaba a pagar los 5 dólares, me quedaba al menos una hora para amortiguar. Al menos para gastarles el piso con zapateo americano.

Cuando fuimos al bar/club de siempre, nos encontramos con Jonathan, un venezolano que está en Nueva Zelanda aprendiendo inglés que tiene un amigo argentino que se llama Jorge y yo estaba con Tomás, de Chile. Recuerdan que yo les dije que generalmente huyo de los latinoamericanos por estos lares? Bueno, aparentemente es imposible! Tengo que cambiar de bar urgente. Lo malo es que soy demasiado educado como para simplemente desaparecer y si me dan charla, mis modales me obligan a contestar y hasta hacer preguntas. Creo que mi cara de culo se mezcló un poco en algún momento de la noche porque todos los latinos de pronto desaparecieron. Todos me miran torcido cuando digo que escapo de los sudamericanos pero no es snobismo, es simplemente que no me fui a 16 mil kilómetros para rodearme de gente que podría haber conocido allá. Ojo, hay muchísimos que son copados, como Andrea, la colombiana con la que vivo, el hermano de Mido con el que seguramente voy a trabajar, Tomás incluso, etc. Lo curioso es que hablo en inglés con todos los hispanos que me caen bien. Debe ser ese el factor determinante de mi intolerancia.

Recuerda que les conté algunos posts atrás que nosotros en el flat no compartimos el papel higiénico sino que cada uno lleva el suyo al baño de acuerdo a la necesidad de uso que tenga. Bueno, yo me que hacía el vivo diciendo que le pude usar el papel higiénico a otras personas, esta semana me olvidé dos veces MI papel higiénico en el baño, las dos veces me lo usaron en cantidad. Yo creo que el ruso que tiene la habitación enfrente a la mía espera que yo salga del baño, se fija si me olvidé el papel y me lo usa a propósito.

Sin otra cosa que contar, les dejo los habituales saludos maoríes.

Kia Ora,

Alejín.

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