martes, 19 de enero de 2010

Aclimatándose





Primero, mis queridos lectores habituales, les voy a pedir disculpas por el tiempo que me ha tomando volver a publicar algo en este blog. Resulta que el sábado pasado nos fuimos a la península de Coromandel, que está a unas horas de Auckland. Específicamente nos alojamos en el pueblo de Whangamata en la base este de la península donde alquilamos una pequeña, básica, acogedora cabañita que nos albergó hasta el martes neocelandés o lunes argentino.

El camino a Coromandel es precioso y es aquí donde Martín finalmente se enamoró de Nueva Zelanda, como él mismo relató en el viaje. Yo me enamoré de la idea de Nueva Zelanda como un año antes de venirme así que no necesitaba ningún Coromandel ni pueblito de nombre maorí para estar convencido de que este es mi lugar en el mundo, pero, de todas formas, está buenísimo salir de nuestra ciudad para recorrer un poco el país. Las dos islas están llenas de colinas o incluso pequeñas sierras por lo que las rutas son divertidas para manejar y no te podés quedar dormido aunque tengas muchas ganas. Especialmente una vez que llegás a la península, la ruta no hace ni 100 metros rectos. Vueltita para allá, vueltita para acá, helechos gigantes (silver ferns) de aquí, por allá, más arriba, más abajo. Hermoso.

El tiempo que nos tocó en whangamata fue, para decirlo poéticamente, una cagada. Nosotros igual le ponemos el pecho a la desgracia, tenemos pensamientos positivos, utilizamos el secreto de la ley de atracción, nos metimos al mar igual, luchamos contra las olas gigantes, reimos como niños cuando las olas nos empujaban y nos empezamos a preocupar como ancianos cuando el mar lentamente nos chupaba para adentro. Todo salió bien igual. Ahora es una anécdota más graciosísima. Lo bueno también es que está lleno de guardavidas en la costa así que no hay demasiado de lo cual preocuparse.

Desde que llegamos quisimos ir a la playa de noche a hacernos los románticos o los aventureros pero como más arriba les comenté, el tiempo ayudó bastante poco. Acá están todos chochos igual porque parece ser que no llovía desde que empezó el verano. Es genial traer las buenas noticias para la región pero… ¿no podía esperar una semanita más?

En la casa que alquilamos el baño está fuera de la casa y tiene una cerradura para que la gente de la calle no use el baño privado como si fuera público. La cuestión es que mis compañeros de viaje se toman esa consigna muy enserio. Incluso más de lo que yo preferiría que lo hagan. Tanto es así que a uno de ellos, no lo voy a mencionar, se le ocurrió cerrar la puerta con la traba y dejar la llave adentro del baño. Pobre, se quiso matar cuando se dio cuenta pero bueh, había que encontrar una manera de hacer pichí o popó, bañarnos. Afortunadamente Fabio Mcgiver estaba en la cabaña y pudo, con dos palos largos a través de la ventanita del baño, sacar de nuevo las llaves.

Lo más gracioso de todas formas fue que, a los pocos minutos de enterarnos que no podíamos ni cerrar la casa con llave ni ir a cagar tranquilos al baño porque estaba cerrado con las llaves del lado de adentro; yo me puse a hacer tostadas. El aparatejo tostador que venía con la casa, aparentemente, no tira las tostadas cuando termina, sino que las sigue tostando hasta que se vuelven un carbón incomible. En Nueva Zelanda, como las casas son de madera, todas tienen detector de humo que suena muy fuerte y muy feo. Ustedes sumen los dos hechos: tostadora que no te avisa cuando termina de tostar y sigue dándole calor al pan, por un lado; un detector de humo que hace ruido, por el otro. Nosotros en una casa alquilada sin conocer muy bien cómo carambas funciona eso de la alarma para incendios. Si teníamos que esperar a los bomberos con cara de perritos infelices o simplemente nos íban a putear un poco los vecinos. Sin poder hacer pis ni caca en un baño. Sin internet, sin señal en el teléfono. Fue un pequeño y personal infierno pero yo lo puedo todo. I did survive.

El tema de no tener internet ni teléfono celular en este pueblito es algo de lo que tendría que escribir también. ¿Alguno recuerda el episodio de los Simpsons en el que Homero relata “sin televisión y sin cerveza, homero pierde la cabeza”? Bueno, creo que fue algo bastante parecido al principio para mí, de nuevo, sobreviví. Los chicos también, por suerte. Mamá por poco no, pobre. Me llamó treinta veces y no podía comunicarse porque la señal no me llega. Como soy un buen hijo que sabe de las preocupaciones de una madre con su pequeño benjamín a 16 mil kilómetros, la llamé el domingo a la noche de Argentina para darle calma.

Ups, creo que me pasé un poco de las 800 palabras que me puse como límite para todo post.

Como siempre les digo: saludos maoríes para todos. Acá estamos muy bien.

Alejo.

PS las fotos son medio chotas porque las que realmente están buenas quedaron en la cámara de Fabio. Ya volvimos a Auckland y son casi las dos de la mañana pero yo soy fiel a mi público, acá les subo el post.

4 comentarios:

  1. A la mierda, lo del baño me dejó lacio... Es necesario sufrir asi?? O que losa vecinos sepan que estás con ganas de hacer de la 1 o de la 2?

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  2. tan na na na naaaan tan tan ta na na naaaaaaaaaa (musica de mcgiver) :-P

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  3. Estan hermosas las fotos!! Foto de la herramienta! Me muero con la foto de la herramienta!

    Desesperante, no tener internet ni señal en el celular, sísí. Pero bueno, es un buen momento para apreciar la playa, las poderosas olas, contemplar sobre la vida y la peligrosidad de las tostadas :p

    Muchos besos, amor, y suerte con la job hunt. Te llamaron ayer al final? Ya te preguntaré por msn, o ya lo postearás. Besos!

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  4. ya que estoy invalido y vi la dire del blog en tu nick entre y me actualice de todos tus posts, y me cague de risa MAL, te imagino hablando cuando leo lo q escribis y me cago de risaaaaaaaaaaaa en especial cuando decis que los uruguayos te caen para el orto pero que si leen el blog es un chiste jajajajaj
    bueno te mando un beso a vos y a los chicos! y te quiero y te extranioo!
    adeusssssss
    juanchi

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