miércoles, 30 de junio de 2010

Vuela vuela.

No tiene sentido el título, desde ya se los aclaro. Heme aquí, vivito y coleando, con, finalmente, algo de dinero en el banco y a un día de terminar mi segunda semana en Telstra Clear pero abandonado de nuevo. Los chicos consiguieron trabajo en un pueblito a 50 kilómetros de Christchurch, cerca de Ashburton. Me llamaron para decírmelo el domingo pasado así que vuelvo a estar solito en una ciudad por tres meses, con una simple pero notable diferencia: estamos a 50 km, es decir, a una horita de distancia en tutú.

El training fue pesado, el trabajo no es de lo mejor pero conocí a dos chicas que me caen muy bien, Taffy, de Zimbabwe, y Lucy, de Inglaterra. Somos los tres extranjeros del grupo y solemos matarnos de risa antes y después del trabajo. Nuestra entrenadora es una chica de Manchester, al igual que nuestro manager, el manager del manager, etc. Básicamente es un cultivo de ingleses en el extranjero. Somos los representantes de InHome, un servicio que incluye internet, teléfono y televisión satelital. Nos encargamos de la facturación y todo lo relacionado con atención al cliente. Lucy y Taffy detestan el trabajo por lo que seguramente lo dejen antes de terminar el contrato, yo, estoy bastante bien con él.

Además del curro, tengo una casa nueva que me sale muy barata y está a dos cuadras de la oficina, dato no menor pues me deja dormir 15 minutos extra todas las mañanas. Comparto mi habitación con una sola persona, Takeshi, de Japón, que pide perdón cada vez que se mueve, habla o respira. Es un poco molesto levantarse a la mañana y que el ponja ya empiece “soly, soly, soly” cuando uno no entiende por qué está diciendo “sorry” pero bueno, es mejor eso a que me toque dormir en un cuarto con alguien oloroso y maleducado, como le tocó al pobre japonés. El dueño de la casa parece Ned Flanders, con una eterna sonrisa y las fracesillas ñoñas, incluso el tono de voz de maestra jardinera pero es un buen tipo. El vecino, que está loco, también es un buen tipo. La casa es gélida pero muy bonita. Como todas las casas en este querido país no tiene buena aislación ni calefacción, incluso la canadiense que vive acá se queja del frío que hace por este motivo pero nada que una frasada o duvet extra no solucionen.

Tengo muchas ganas de que sea octubre, para estar en Wellington esperando la llegada de mi hermanita, que todavía no me confirmó cuándo cuernos vendrá e irme con ella a alguna isla como Fiji o Samoa un par de días (existen muy buenas promociones para hacerlo).

No tengo realmente nada más para decir pero quería escribir el blog antes de que mi familia y amigos manden una denuncia por desaparición de persona.

Un abrazo grande,

Alej.

1 comentario:

  1. Mi querido y nunca tan bien ponderado Alejito, aunque no tengas ganas de escribir, ...es facil, pone simplemente en tu Blog ...toi bien y listo, te mando un abrazo, tu papá

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