viernes, 9 de julio de 2010

Sábado.



Los chicos no vinieron a Christchurch este fin de semana porque trabajaban hoy sábado y yo trabajo el domingo. Pero, para compensar, un muy buen amigo de Auckland, Robbie, está en la ciudad visitando a su familia. Yo siempre con mucha suerte en el timing.

Es sábado a la mañana por estos lares, como vengo levantándome bastante temprano todos los días no pude evitar irme a dormir a las 12 ayer y abrir los ojos a las 8:30. Como dirían muchos… tristi… con i. No obstante, el día está hermoso y es por eso que decidí encerrarme en casa a escribir un post. Ayer hubo fiesta en casa, mi queridísimo compañero de habitación Takeshi AKA “Soly Soly”, invitó a la mitad de la comunidad japonesa de la ciudad a casa, cosa que a mí no me molesta en lo absoluto, con una particular excepción, que los ponjas estén en mí habitación a las carcajadas histéricas. En fin, la mayoría tenía 20 años, así que los miré como con nostalgia (porque yo también fui japonés y tuve 20 años alguna vez). Para distraerme me fui a comer con un amigo y al volver ya se habían ido todos.

En el trabajo la paso bien, después la paso mal, después no me importa, después me importa de nuevo, después la paso bien, después la paso mal y al final se termina el día y me tengo que ir; en definitiva, igual a casi todo trabajo que tuve en mi vida. Lo particular de esta semana es que tuve mi primera evaluación laboral en la que me saqué un 100%. Para un ñoño como yo, aunque el trabajo me importe poco menos que nada, está bueno que te digan que servís.

Hace poquito terminé de leer la novela que me regaló mamá para el viaje, la cual venía posponiendo por estar escrita en castellano pero terminó gustándome mucho y le da un toque especial que tenga una dedicatoria del autor con mi nombre. Ahora me sumergí en otra, de Saramago, que una vez muerto cobra una importancia magistral, como todo artista. Es un préstamo de Fede que a su vez la recibió como préstamo de una-chica-uruguaya-que-ahora-no-está-más-en-cristoiglesia, motivo por el cual debo terminarla prontito, para que se devuelva en tiempo y forma.

La comida basura acá es muy barata, así que vengo regio con la planificación económica, tengo un presupuesto de supermercado, un presupuesto de alquiler, un presupuesto de entretenimiento/varios y el resto se va todo al fondo Wellington, mis ahorros para vivir tranquilísimo en la capital. Lo único que me preocupa es que me tengo que comprar zapatillas y algunas prendas de ropa hace como 3 meses pero el cocodrilo en mi bolsillo, que ladra – porque es bilingüe- me lo prohíbe. Ya domaré a la bestia. Es una buena excusa para decir que no a invitaciones de gente del trabajo. Yo tengo un récord en rechazar invitaciones de compañeros laborales, tanto en Buenos Aires como en Auckland. Al principio me molestaba en inventar excusas hasta que un día se me terminaron las ideas y fui sincero “paso 9 horas al día con ustedes, me caen genial pero prefiero pasar las horas que me quedan en la semana con gente que no veo tanto como mi almohada, mis amigos, mi familia, el reflejo en el espejo”. A veces la gente no se lo toma tan bien y es por eso que “sorry, can´t afford to do that. I´m a south american backpacker.” viene como anillo al dedo. Algunos objetan la respuesta porque ganan exactamente el mismo sueldo que yo pero yo tengo que seguir viajando.

Bueno, eso es todo por ahora, voy a tratar de subir fotos pero no sé cómo funcionará el blog cuando lo intente así que no les prometo nada. Por ahora, serán fotos de la isla norte o Wellington.

1 comentario:

  1. Felicitaciones por el 100% ...aunque no me asombra siendo un Roman ;)

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