sábado, 10 de abril de 2010

What to do.


Es el segundo intento de escribir el post porque el primero me quedó demasiado violento. Mis múltiples personalidades y yo no queremos dar una mala impresión a los lectores. Sobre todo al ser la palabra escrita a veces un poco más fuerte, faltándole tonalidad y expresión facial, me temo que mucha gente lo habría tomado mal. Ahora seguro quieren saber qué había puesto, pero tendrán que seguir leyendo e imaginar la misma historia con una pisca de pimienta o palabras más fuertes seguidas de párrafos autocensurados que borré por completo.

El viernes fue un muy buen día. Me levanté a las 6:30 de la mañana, como de costumbre, me bañé, cociné mi almuerzo que cuidadosamente coloqué en los tuppers. Me puse mis gafas y emprendí mi caminata hacia la oficina para darme cuenta 400 metros más tarde que la tarjeta de entrada al edificio se había quedado dormida en mi habitación, olvidando saltar con su lazo alrededor de mi cuello. No me hubiese preocupado si no porque el viernes era mi último día en Westpac y, como tal, tenía que entregar la tarjeta de identificación al salir de la oficina. Tuve que correr hasta casa de nuevo para luego tomarme un bondi por lo ajustado que estaba de tiempo.

El día pasó un poco más lento que de costumbre, supongo yo por la ansiedad de saber que todos los señores clientes de kiwisaver no tendrían que lidiar conmigo para cambiar sus tasas de impuestos, lo que me hacía más feliz a mí que a ellos, estoy convencido. No obstante la desesperante lentitud de las agujas del reloj, llegaron las 3 de la tarde con una sorpresa inusual: mi Manager, Kate Burrows, tomó una silla y se sentó en mi escritorio. Yo supuse que para desearme una buena vida fuera de la órbita del banco porque es lo que se tiene que hacer cuando alguien se va. La señora comenzó la conversación diciendo “Sé que no te postulaste para ninguna de las posiciones permanentes que tenemos y no te voy a presionar para que lo hagas”. Bien, pensé, tener a mi manager sentada al lado hablándome directamente cara a cara puede tomarse como cierta presión inclusive teniendo en cuenta lo que dicen algunos psicólogos sobre las frases que comienzan con No pero veamos qué tiene para decirme. Ella prosiguió “Me encantaría que formes parte permanente del equipo de inversiones y seguros”. Las posiciones que habían ofrecido anteriormente eran para tarjetas de crédito con horarios complicados los fines de semana. Yo, con mis grandes ojos marrones caca, la más naife de las expresiones, el más humilde de los tonos, en definitiva un lenguaje corporal que gritaba pobre de mí, le contesté “A pesar de lo mucho que me gustaría quedarme, mi visa me limita a trabajar por 3 meses con un mismo empleador” a lo que Kate respondió rápidamente “Nosotros te podemos hacer un sponsorship para que cambies de status a una visa de trabajo y la residencia”.

No pude disimular la sonrisa. Caminé sonriendo a casa, llamé a los chicos para contarles la novedad, hablé con Robbie para contarle la novedad, me fui hasta Newmarket caminando para hablar con otro amigo y contarle la novedad, Flavio pasó por casa más tarde y de lo único que hablamos fue del tema. ¿Qué significa? que me tendría que quedar en el banco por dos años pero que esencialmente tendría luz verde para radicarme definitivamente en NZ; trabajando para el mejor equipo que hay (en nuestra línea de negocio), de lunes a viernes de 9 a 5 con; un incremento de mi sueldo. Como empleado del banco no tendría que pagar gastos administrativos en mi cuenta entre otros beneficios entre los que se listan cosas tan interesantes como facilidades para acceder a un préstamo hipotecario que me permitiría en 5 años comprarme un pequeño departamento en el centro de Auckland.

Todo muy interesante pero sigo sin estar convencido. Me parece que tres meses y medio no son la suficiente cantidad de tiempo como para hacer el assessment necesario a la ciudad. A ver, me gusta mucho más Auckland que Buenos Aires por una cantidad de cosas importantes, sé que no quiero volver a la Argentina por otro año pero al mismo tiempo no quiero estar atrapado en una empresa solamente porque me permita vivir acá (haciendo un trabajo que no necesariamente me gusta). No deja de ser un tremendo halago que en mi primer trabajo haya pasado esto, me da muchas esperanzas sobre lo que puedo conseguir en un tiempo más, en un trabajo que realmente me guste pero también tengo el grillito pesimista que me dice al oído lento pero constante “qué pasa si les decís que no pero ninguna otra empresa te da esta posibilidad”. Aún así tengo otras posibilidades. Por lo pronto, además, tengo una entrevista en Southern Cross, una aseguradora que me quiere por 6 meses a través de Madison Recruitment.

Hay otras cosillas en la cabeza, como el viaje alrededor del país, la visita de mi hermana, qué hacer con el boleto de regreso pero cada una de estas cosas están cuidadosamente pensadas, lo que tengo que hacer es tomar una decisión. Sé que probablemente este post va a resultar en una catarata de “yo que vos…” a pesar de que no esté realmente pidiendo consejos. Entiendo que para algunos es más fuerte el darlos que simplemente no hacerlo porque es una condición humana; por mi parte trataré de ignorarlos con una delicadeza tal que no sea insultante ni obvia.

Un abrazo,

Alejín.

2 comentarios:

  1. Mas vale pajaro en mano que 100 volando, tus proyectos de viajes se pueden sintetizar en que NECESITAS MAS PLATA,cuando mas plata puedas ahorrar mas viajes podes hacer, insisto en que estas en una situacion privilegiada como para pedir mas sueldo, por otra parte las referencias como pudiste comprobar son FUNDAMENTALES, ...si agregas a tu curriculum haber trabajado 2 años en un Banco importante eso suma mucho, te quiere mucho tu papá

    ResponderEliminar
  2. Habria que analizar cual es el costo de vida allá, cuanto ganarias y cual seria tu capacidad de ahorro mensual, para tener una base e imaginar proyectos, no puedo dejar de emitir opiniones ...soy tu papá

    ResponderEliminar