lunes, 30 de agosto de 2010

El fin de las vacaciones.





Hicimos muchísimo, visitamos lugares donde yo no había estado antes. Me enamoré en secreto de Queenstown, a pesar de mi caracúlica presencia a lo largo de la estadía. Conocimos latinoamericanos copados que compartieron sus desgracias y emociones con nosotros, visitamos las dos puntas del país, nos tiramos de una duna gigante, recorrimos 90 mile beach en un bus para 40 pasajeros con sólo otras 4 personas, conocimos muchos alemanes a lo largo de todo el viaje pero todo terminó ya. Ayer dejé a Toia en el aeropuerto internacional de Auckland con un dejo de melancolía. La puerta de entrada al país, es también la puerta de salida. Me hubiese gustado estar en ese avión y poder abrazarlos a estas horas. No falta tanto.

Hoy pasé la mañana haciendo trámites y reencontrándome con gente de Auckland. Visité a mis ex empleadores en queen street, la querida biblioteca, caminé por Albert Park para no perder la costumbre y ayudé a Robbie a diseñar la invitación para su cumpleaños. El hacía todo el trabajo de diseño mientras yo asentía con la cabeza dejando escapar la frase “looks cool” cual cacatúa gigante a la que sólo le enseñaron a decir eso. Esta noche es la otra ronda de reencuentros, tengo que ir a la casa del tío a tomar unos tragos para luego volver al centro a juntarme con un grupo muy dispar de gente que se reunirá para verme a mí. Veremos cómo se desarrolla la noche. Por lo pronto esta es mi última noche en el hostel, espero que por mucho tiempo. A partir de pasado mañana me mudo a una casa en un barrio un poco alejado pero cómodo, bien comunicado. Lo que más me gustó del lugar, a pesar de no tener cama en mi habitación es que tengo un baño para mi solito. Imagínense que son más de 8 meses compartiendo las facilidades en todos lados.

Los chicos llegaron a Auckland para darme una sorpresa anoche. Estuvo bueno, mientras yo tomaba una cerveza en la casa de Martín, suena el celular, me lo pasó y era Fabio en Hamilton, a un par de horas en auto de la ciudad de las velas. Llegaban a la medianoche. Como yo di de baja el celular de Vodafone (estoy en plan de ahorro y me voy a cambiar de empresa de celulares), no tenían forma de avisarme, salvo a través de facebook o de tincho, así que todo salió redondito.

Como no tengo muchas ganas de escribir, subo un par de fotos del viaje con toia por los nortes kiwis.

Saludos por ahora. Novedades pronto.

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