viernes, 30 de julio de 2010

I´ve had enough.


La cosa fue así: El lunes pasado tuve un inconveniente importante para levantarme de la cama, no soportaba la idea de ir a trabajar un día más siquiera. Como animal de costumbre, me levanté de todas formas, me puse la ropa e inicié el largo camino de dos cuadras a la oficina mientras me repetía al tono de un padre nuestro “dos meses más, dos meses más”. Llegué al trabajo y luego del 5 cliente enojado con la facturación, empecé a sentirme físicamente mal, me dolía la cabeza y sentía un poco de náuseas, llamé a mi manager para pedirle permiso e irme de nuevo a casa. Una vez en casa comencé a sentirme mejor aunque la mera idea de volver a trabajar me molestaba de sobremanera. Pensé que sería pasajero pero la sensación no menguaba tras el correr del tiempo por lo que tomé una determinación, la segunda idea espontánea de mi vida, llamada de por medio a mi querido hermanito. Iba a renunciar. Tuve una larga conversación conmigo mismo al respecto, el tema del dinero, entre otros etcéteras que corrían por la mente. Christchurch me queda chico, no tengo energías para hacer nada después de trabajar, no estoy con mis amigos y detesto mi trabajo, el resultado del debate interno que gané yo, por supuesto, fue “al demonio, me vuelvo a Auckland”. La decisión no es caprichosa, pues, podría tranquilamente irme a Wellington, mi ciudad favorita, pero Aucks es donde más gente conozco y desde allí me llamaron hace unas semanas para ofrecerme trabajo. Llamé a los chicos para contarles, se lo tomaron bien, dudando si tomarlo realmente bien o mandarme a freir churros pero todos al final acordamos que mi decisión, fruto del debate entre Alejo y Alejandro, sería la acertada. Esa tarde, ya al 100% de mis capacidades emocionales e intelectuales, con la certeza de que todo está bien, fui a la agencia de viajes a comprar un pasaje a Auckland, lei mi contrato, mandé un mail de preaviso, envié docenas de textos a mis amigos de Auckland, hablé con el dueño de mi casa para darle dos semanas de preaviso (y así obtener la devolución del bond que le pagué para mudarme), en definitiva dejé todo prolijo.

Mi santa hermana también tuvo que adelantar el pasaje para estar segura de que yo estaría libre de obligaciones para el tiempo de la visita y aquí la gran noticia: domingo 15 de agosto, a las 7 de la mañana, reunión Roman-Fuster en el aeropuerto internacional de Auckland ¡Yahoo! Toia viene por dos semanas mientras yo tengo un poco de dinero y antes de que me ponga a la cacería de un nuevo lugar que me pague. La idea es la siguiente: tengo una semana para ponerme al día con mis amigos aucklanders, llega Toia, empieza el maratónico tour du sud. 3 días en Auckland, 2 o 3 días en Northland, una semana en queenstown visitando fiordland (la parte más linda e inhabitada del país), alguna que otra pileta climatizada para quemar los fish and chips que le voy a hacer comer, foto por aquí, foto por allá, bailar la bamba, sanseacabó. Despedida en Auckland el Domingo 29 a las 18:30, energías renovadas para lo que el destino le depare a Don Alejijou, con una inyección de cariño familiar, muchos abrazos y fotos.

Retomando el tema trabajo, tuve un par de horas de auto flagelo intelectual, culpándome por no haberme bancado la totalidad del contrato. Cuando hablé con “lo’ pibe del laburo”, me enteré que de los 5 integrantes del equipo, 4 renunciamos la misma semana con diferencia de días, horas o minutos, todos por la misma razón: la empresa, posta, apesta. Eso mi hizo sentir aún mejor con mi decisión. Anoche, viernes, fue la despedida de una de las chicas, cervezas van cervezas vienen, terminamos en un bar de karaoke donde nos querían cobrar $2 dólares por canción o $40 dólares por rentarnos (nótese la neutralidad de la palabra) una habitación privada por una hora, yo estallé y dejé caer una catarata de risas mientras miraba al dueño del lugar, ¿vos me querés cobrar dos dólares por canción? Yo habré tomado tres cervezas y mi tolerancia al alcohol es paupérrima pero tampoco soy boludo ni guardo en mi ano a la gallina de los huevos de oro; palabras más, palabras menos, negociaciones varias a cargo de una chica alemana que vaya-uno-a-saber-el-nombre, karaoke gratis. Era lógico, un grupo de 15 extranjeros alcoholizados en una fiesta de despedida, gran porcentaje de alemanes e ingleses, era mejor negocio cobrarnos el alcohol que seguiría corriendo que intentar cobrarnos las canciones que jamás pagaríamos. La noche prosiguió sin mayores datos anecdóticos hasta que llegó el final del final, posiblemente la última vez que yo vería a Lucy Jelf por los próximos años, abrazo va, abrazo viene, “it was great to meet you” “you have to come to the uk”, “you have to come to Argentina” ,“I´ll miss you, honestly”. Un par de lágrimas por parte de Lucy, apuradas por parte de Taffy, que detesta las despedidas. Vuelta a casa a dormir y este post hoy.

Esas son las novedades, me pasé de palabras.

La foto, con cara de contento en casa después de haber tomado la decisión.

Saludotes.

2 comentarios:

  1. Confio plenamente en tu buen criterio y sentido comun, te mando un abrazo tu papá

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  2. Es importante irse bien de todos los trabajos, a los efectos de poder darlos como referencias, acordate siempre de eso

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